En el verano de 2022 ha regresado la normalidad a la celebración de las fiestas propias del periodo estival tras la pandemia. Y con ellas se incrementan los riesgos de agresiones sexuales, violaciones grupales y grooming, entre otros.
La Fundación ANAR ha pasado de atender 717 casos de abuso sexual en 2020 a 1.297 casos en 2021, lo que supone un incremento del 80,9%, con una preocupante tendencia de crecimiento de las violaciones grupales en la última década, hasta alcanzar ya el 10,5% del total de agresiones y abusos sexuales tratadas a través de las Líneas de Ayuda (900 20 20 10 y chat.anar.org) que ANAR pone a disposición de niños, niñas y adolescentes, y de sus familias y los centros escolares (600 50 51 52).
Como explica el director de Programas de ANAR, Benjamín Ballesteros, “es preocupante observar cómo a lo largo de la última década hemos pasado de tener un 2,1% de casos de abusos sexuales en grupo, a un 10,5% en el último año. Sin duda este es un fenómeno en el que estamos viendo con preocupación que los jóvenes están banalizando este tipo de comportamientos, alejándose cada vez más de la empatía hacia las víctimas”. El consumo de pornografía desde edades muy tempranas sin ningún tipo de control parental están, a su juicio, entre las posibles causas que expliquen este fenómeno.
En alguno de los casos de abusos sexuales en grupo difundidos recientemente por los medios de comunicación, las víctimas fueron contactadas y citadas a través de las redes sociales. Como recoge el I Estudio sobre abuso sexual en la infancia y adolescencia según los afectados y su evolución en España (2008-2019), realizado por el Centro de Estudios e Investigación de la Fundación ANAR, también vienen aumentando especialmente los abusos a través de las tecnologías: grooming (36,7% de crecimiento) y sexting (25%). Solo el año pasado, ANAR atendió 502 peticiones de ayuda por grooming, que implicaron la ayuda directa a 51 víctimas de esta práctica delictiva cada vez más extendida.
Alarmada por este incremento de casos y con el objetivo de prevenir y evitar nuevas víctimas en el futuro, la Fundación ANAR, dedicada a la ayuda y protección a la infancia y la adolescencia en riesgo, ha elaborado un video destinado a sensibilizar sobre el peligro del grooming, en el que se muestra, por medio de un falso experimento social, lo fácil que es caer en el engaño de acosadores y abusadores a través de las redes sociales.
ANAR cuenta con un decálogo ante las agresiones sexuales en grupo.
Nacidas de su experiencia de 52 años en la atención a niños, niñas y adolescentes en riesgo y desamparo, o que han sido víctimas de violencia, acoso, abuso o cualquier otra conculcación de sus derechos fundamentales, ANAR quiere hacer llegar estas recomendaciones:
- Es fundamental que los medios de comunicación cuenten con protocolos de protección a la infancia y la adolescencia a la hora de abordar el tratamiento informativo de cualquier noticia o suceso en que estén implicados menores de edad, cumpliendo estrictamente el principio de confidencialidad, evitando dar datos que permitan identificar a los y las víctimas y sus familias, tales como población, nombre, u otros detalles que faciliten o favorezcan la estigmatización, el acoso, el juicio popular y las consecuencias psicológicas y sociales que todo esto tiene para ellas.
- La innecesaria especificación de detalles escabrosos solo contribuye al tratamiento morboso de la información, la retraumatización de la víctima y el posible efecto llamada para otros agresores dispuestos a replicar el procedimiento de captación y abuso. La revictimización disuade a nuevas víctimas de denunciar, lo que aumenta la vulnerabilidad de las menores de edad.
- La publicación de detalles del caso que puedan permitir la identificación de las víctimas como puede ser una localidad pequeña de residencia, favorecen el escarnio público y la persecución mediática y social, que abocan a muchas familias de víctimas a trasladar sus residencias, causándoles un nuevo perjuicio tanto social, como económico, psicológico y emocional que perdura en el tiempo y tiene efecto en todos y cada uno de sus miembros.
- Fundación ANAR recuerda que la víctima nunca es responsable del abuso o agresión sexual sufridos. Menos aún cuando se trata de menores de edad que, independientemente de su edad, por su propia condición, se hallan en una situación de vulnerabilidad. Pero cuando los agresores son menores de edad, no olvidemos que también merecen respeto a la confidencialidad de su identidad y la presunción de inocencia, tanto ellos como sus familias.
- Los ciudadanos tenemos también una responsabilidad. Evitemos favorecer la difusión de conductas que atentan contra la integridad física y moral de las personas, los juicios populares y la banalización de la violencia en todas sus facetas.
Solo a lo largo de 2021, ANAR atendió 251.118 peticiones de ayuda que le permitieron prestar ayuda a 16.442 niños, niñas y adolescentes en España, víctimas de distintos tipos de violencia, problemas de salud mental como autolesiones, trastornos de la alimentación o intentos de suicidio, así como acoso escolar o abuso sexual.
Las Líneas de Ayuda ANAR son gratuitas, confidenciales, funcionan las 24 horas del día los 365 días del año y están atendidas por psicólogas/os, abogadas/os y trabajadoras/es sociales especializados en la atención a la infancia y la adolescencia.