Los videojuegos forman parte del día a día de muchos niños, niñas y adolescentes. Abarcan multitud de géneros e historias y, además de ser divertidos, tienen muchos beneficios para los jugadores y jugadoras, como la mejora de la coordinación, la toma de decisiones y el trabajo en equipo. Sin embargo, los videojuegos también tienen su lado peligroso. Pueden generar adicción, transmitir contenido inapropiado y favorecer el contacto con desconocidos, situaciones que pueden poner en peligro al/la menor de edad. Desde Fundación ANAR lanzamos estas guías para ayudar a comprender, identificar y prevenir los riesgos que pueden derivar del uso de los videojuegos.