La Fundación de Ayuda a Niños/as y Adolescentes en Riesgo, ANAR, ha presentado su último Estudio ‘Agresión Sexual en Niñas y Adolescentes según su testimonio. Evolución en España (2019-2023)’, elaborado en base a testimonios de las/os propias/os menores de edad atendidos por este grave fenómeno en las Líneas de Ayuda ANAR durante los últimos cinco años. Los resultados de esta edición revelan una tendencia creciente de este tipo de agresiones.
El Estudio, que da continuidad a la anterior edición llevada a cabo entre 2008 y 2019, ha sido llevado a cabo por el Centro de Estudios e Investigación ANAR utilizando una metodología mixta participativa con enfoque interseccional basado en el modelo ecológico. Los datos analizados abarcan el periodo de 2019 a 2023 en el que Fundación ANAR atendió un total de 4.522 casos de niños/as y adolescentes a través del teléfono y chat ANAR, para lo que desde la organización dieron respuesta a un total de 81.252 consultas y peticiones de ayuda.
Benjamín Ballesteros, director técnico de la Fundación ANAR, señala que “queremos poner el foco en la agresión sexual en menores de edad, fenómeno oculto y escondido en el que predomina el miedo y la vergüenza y en el que debemos ser cuidadosos a la hora de hablar de las víctimas para evitar su reconocimiento y su estigmatización social, saber situarlas en el plano adecuado para evitar la culpa y promover el sentido de justicia para animar a la denuncia”.
Los 4.522 casos de agresiones sexuales documentados por el estudio suponen un incremento del 55,1% en los últimos cinco años y del 353% en los últimos quince años. Esto se traduce en 4,5 casos registrados en la actualidad por cada caso atendido en 2008 por Fundación ANAR.
Atendiendo al tipo de agresión sexual, este informe recoge cinco tipos: agresiones sexuales presenciales (91,5%), grooming (3,1%), sexting no consentido (2,2%), pornografía (1,3%) y explotación sexual y/o prostitución (1,9%). Por tanto, la agresión sexual presencial es el tipo mayoritario independientemente del sexo de las víctimas.
El perfil de las víctimas es marcadamente femenino siendo un 78,7% el porcentaje de niñas y mujeres que sufren este tipo de violencia. El índice de feminidad, con un 401,5% – es decir, por cada 100 varones menores de edad agredidos, se registran 401,5 agresiones en mujeres menores de edad – subraya la especial vulnerabilidad de este género frente a las agresiones sexuales.
En cuanto a la edad, nos encontramos ante una media de 12,5 años, una cifraque aumenta respecto al anterior estudio. No obstante, en el caso de los niños varones es especialmente reseñable cómo la mayoría de los casos se sitúa entre los 0 y los 9 años.
Si atendemos al entorno de las víctimas, el 40,7% vive con ambos progenitores y un 36,1% en familias monoparentales. Asimismo, el 58,7% proceden de familias españolas y el 41,3% de familias migrantes, un porcentaje relevante teniendo en cuenta que la proporción de menores de edad extranjeros/as en España supone el 12,8% de la población infantil total.
Un 2,5% de las víctimas tiene alguna discapacidad y siete de cada 10 presentan un rendimiento escolar bajo.
El estudio de Fundación ANAR revela que el 94,3% de los agresores son hombres, siendo la mayoría mayores de edad. En cuanto a la relación con la víctima, existe escasa percepción de riesgo en el entorno y es especialmente preocupante que casi 8 de cada 10 agresores (79,5%) son personas conocidas por la víctima y, de éstos, el 50,3% son miembros de su propia familia. Un dato que aumenta hasta el 85,9% en el caso de las víctimas más pequeñas (0-9 años). Siendo el padre biológico o la pareja de la madre en el 27,9% de los casos. La tasa de reincidencia es del 10%.
Las agresiones sexuales grupales (o en manada) siguen en aumento, pasando de constituir el 2,1% en 2008 a representar el 10,9% de las agresiones en 2023.
En opinión de Diana Díaz, directora de las Líneas de Ayuda ANAR, “además de analizar los perfiles implicados en este tipo de violencia, es fundamental dar a conocer indicadores que puedan alertar al entorno de la víctima. Las consecuencias de este tipo de agresiones son muy graves, destacando el cambio brusco del comportamiento y estado anímico (23,5%), así como problemas psicológicos de gran calado (20,8%), resaltando la conducta o ideación suicida (9,1%). Nos preocupa que 6 de cada 10 progenitores no saben cómo actuar o no actúan correctamente ante las agresiones sexuales por negligencia o falta de reacción (41,5%), miedo a la revictimización (21,8%), negación (17,9%) y lo que es peor, culpabilización (9,8%) o justificación al agresor (9%). Debemos ser sensibles ante el sufrimiento que este acontecimiento entraña para la víctima y actuar inmediatamente tratando de reducir el impacto que puede tener en su vida”.
El trabajo realizado por el Centro de Estudios e Investigación ANAR también ha arrojado datos preocupantes respecto al tratamiento recibido por las víctimas. La mayoría de las/los niñas/os y adolescentes que han sufrido una agresión sexual, un 70,3%, no recibe tratamiento psicológico tras la agresión, cifra que se eleva al 79,5% en el caso de los niños de 0 a 9 años. Por su parte, en lo referente al entorno profesional, el estudio desvela que en 2 de cada 10 casos los profesionales no reaccionaron de forma correcta.
“Desde Fundación ANAR, recordamos que la mejor manera de luchar contra cualquier forma de violencia hacia niños/as y adolescentes, incluida la sexual, es la prevención. Es necesario concienciar a toda la sociedad sobre esta problemática y garantizar la formación de familias y profesionales, así como la coordinación entre todos los agentes implicados. Es labor de todos/as deconstruir la sexualidad desde la alarma social, el miedo y el tabú y fijar modelos de referencia sanos. En relación a la denuncia y el proceso judicial, es clave y urgente la creación de los Juzgados de Violencia contra Infancia y Adolescencia (previstos en la LOPIVI) para, con su especialización, evitar la revictimización y daños adicionales a la víctima menor de edad”, recuerda Sonsoles Bartolomé, directora del departamento jurídico de las Líneas de Ayuda ANAR.
El uso creciente de las nuevas tecnologías ha exacerbado la problemática de las agresiones sexuales, con un 43,9% de los casos involucrando su presencia, lo que supone un aumento del 21,6% desde 2008.
Asimismo, en cuanto al consumo de drogas, el 13,4% de las víctimas estaban bajo el efecto de sustancias estupefacientes y 1 de cada 100 se encontraban bajo sumisión química.
Puedes ver el resumen ejecutivo del Estudio aquí.