La Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña han presentado hoy 15 de septiembre su informe anual sobre acoso escolar que recoge la opinión de estudiantes y docentes con una muestra de 10.901 alumnos y 491 profesores.
Este informe se ha realizado gracias a los talleres que ambas instituciones han impartido en 329 centros educativos repartidos por 6 comunidades autónomas (Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Islas Baleares y Canarias).
“A pesar de la situación excepcional que vivimos de pandemia, hemos logrado, con gran esfuerzo por parte de nuestros profesionales, seguir impartiendo los talleres en los centros escolares que nos abrieron sus puertas debido a que conocían la eficacia de nuestra actividad”, comenta Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña.
Entre otros hallazgos, este informe refleja un descenso sin precedentes en la incidencia del acoso escolar: “Que solo el 15,2% de los alumnos piense que en su clase hay algún alumno que sufre acoso escolar es una buena noticia. El confinamiento en casa, los grupos burbuja, el descenso de la ratio profesor/alumno y otras restricciones causadas por el Covid-19, junto con las medidas de concienciación, han permitido este descenso que es la mejor cifra de nuestros informes en los últimos cinco años,” explica Benjamín Ballesteros, director de Programas de Fundación ANAR.
A pesar de la reducción de los casos de acoso, los estudiantes admiten que han aumentado las agresiones en grupo: pasando de un 43,7% en 2018-19 a un 72,4% en 2020-21
El 21,8% de los alumnos/as reconoce haber podido participar en un caso de acoso sin ser consciente de ello y el 96,4% afirma que no lo haría en el caso de darse cuenta. Además, un 88,1% afirmó que la unión de los compañeros ante una situación de bullying hace que el afectado se sienta mejor.
Además, los estudiantes identifican mejor las formas de agresión que sufren sus compañeros y eso explica que la mayoría de los tipos de agresión se hayan incrementado respecto al estudio anterior, creciendo especialmente la difusión de rumores, las amenazas y el aislamiento.
Los motivos más comunes por los que se producen estas agresiones son el aspecto físico (52,5%), por ser diferente (46,4%), por las cosas que hace o dice (39,1%), por sus gustos (30,4%), por ser de otro país, cultura, raza o religión (26,2%), por ser nuevo (20,1%), por su orientación sexual (15,2%) o por tener mucho o poco dinero (14,2%).
Los alumnos/as son más conscientes del daño que genera el acoso escolar, tanto a las víctimas como a sus familias, a los observadores, a los profesores, a toda la clase, e incluso al propio agresor.
El ciberbullying es la forma de acoso que más presente ha estado durante la pandemia. Una cuarta parte de los alumnos afirma conocer compañeros de clase que podrían haberlo sufrido.
Además, ahora ya no solo se produce a través de WhatsApp (53,9% de los casos), sino también a través de Instagram (44,4%), TikTok (38,5%) o videojuegos (37,7%).
Casi la mitad de los casos de acoso escolar permanecen sin solución (47,8%). Según la opinión de los alumnos solo el 52,2% fueron resueltos y un 83% cree que el colegio hizo algo por resolver la situación.
Según los alumnos/as, la forma más eficaz de resolver el acoso escolar es avisar al profesor/a. En cuanto a los profesores, más de la mitad (51%) reconocen la falta de recursos y formación entre el personal docente como barrera a la hora de intervenir en situaciones de acoso escolar.
Para los profesores/as, tiene más sentido el trabajo con el alumnado en el respeto a las diferencias y el diálogo que las acciones punitivas, como la expulsión del centro escolar y sugieren a padres y madres educar en valores y prestar atención a los hijos/as como medidas de prevención del acoso escolar.
Los talleres de formación de las Fundaciones ANAR y Mutua son percibidos por el 90% de alumnos y profesores como una actividad útil contra el acoso, demostrando su eficacia en ayudar, defender y apoyar a las víctimas.
Casi el 80% de los encuestados contactaría con el Teléfono/Chat ANAR en caso de percibir acoso escolar, lo cual indica la importancia de dar a conocer las líneas de ayuda para la prevención.
La mayoría de los niños/as y adolescentes consideran positivo (52,4%) la prohibición del teléfono móvil en los centros escolares, tan solo el 23% lo percibe como una medida inadecuada. Según los alumnos esta práctica impediría el ciberbullying (a través de burlas, difusión de imágenes y vídeos…) y evitaría distracciones y mejoraría la atención en clase. Entre los que no están de acuerdo, afirman que es necesario para llamadas de urgencia y que se debería permitir en el recreo o como herramienta escolar.
También los profesores ven con buenos ojos esta prohibición casi unánimemente: 8 de cada 10 profesores considera esta medida necesaria para evitar el acoso escolar “ya que el móvil dentro del aula no es necesario para el aprendizaje y propicia la desconcentración”. El 18,7% de profesores estiman que los alumnos deberían aprender a través de talleres a utilizar el móvil de forma responsable.