Hoy, 10 de septiembre, “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, la Fundación ANAR quiere advertir que los casos de suicidio no son un hecho aislado y en los últimos años se ha ido incrementado de forma progresiva, hasta alcanzar la cifra de un 1,9% de casos atendidos en el año 2018 y el 2,3% en el año 2019.
Durante el periodo de confinamiento, las ideas e intentos de suicidio aumentaron hasta llegar al porcentaje del 8,3% de casos, convirtiéndose en uno de los principales problemas psicológicos atendidos.
La Fundación ANAR quiere transmitir a las madres, padres y educadores de niñas, niños y adolescentes, orientaciones que les sirvan de ayuda para la prevención de esta problemática.
“Queremos resaltar la importancia de IDENTIFICAR SEÑALES DE RIESGO sabiendo que no sólo por tener uno de estos comportamientos hay que pensar que el/la adolescente está teniendo ideación suicida, se tienen que dar un conjunto de comportamientos no habituales”, afirma Benjamín Ballesteros, director de programas de Fundación ANAR.
SEÑALES DE RIESGO
Entre las señales de riesgo que hay que observar se encuentran las siguientes:
Cambios bruscos en el estado de ánimo y la conducta: Al principio puede pasar inadvertido, pero al final vemos un cambio real en su manera de actuar por ejemplo sentirse muy ansioso o por el contrario melancólico o con sensación de indefensión.
Retraimiento social: se relaciona menos o de manera diferente con sus amistades, compañeros y con sus familiares. Se trata de un aislamiento de la sociedad (no quiere ver a nadie). Es común que nuestro hijo/a puede refugiarse en la tecnología, con el peligro que conlleva de encontrar información poco recomendable.
Síntomas depresivos o diagnostico previo de depresión mayor: u otras enfermedades psiquiátricas (valorar antecedentes familiares). Tristeza profunda, mostrar falta de interés por su día a día, sus hobbies, sus actividades anteriores. Visión negativa del presente, del futuro, de uno mismo/a.
Sentirse inmerso en algún problema que no encuentra salida: Mostrar visión de túnel y muy negativa, por ejemplo frente a un acoso escolar cronificado. A veces se relaciona con pérdida de autoestima y un manejo inadecuado de situaciones. Duelos cronificados.
(* Diferenciaríamos situaciones donde hay que hacer un duelo por ejemplo ante la pérdida de un ser querido, en el periodo estimado).
Manifiesta no querer ir al colegio y verbaliza tener miedo y preocupación. Indica problemas con compañeros y en ocasiones insultos, vejaciones, amenazas o lesiones cuando regresa a casa.
Bajada en el rendimiento académico: uno de los síntomas más característicos cuando un menor de edad se encuentra en un problema en su vida y particularmente ante un acoso escolar. Cambios significativos en cuanto a la concentración o a la hora de hacer sus tareas escolares.
Sueño inquieto y falta de descanso: que durante el día va a arrastrar e influye negativamente en su desarrollo y afrontamiento de su vida. Síntomas psicosomáticos, ansiedad, nerviosismo, vómitos matinales (a menudo antes de ir a clase), dolor abdominal…
Problemas en su alimentación come menos porque está desganado/a o come peor. Su aspecto físico puede verse afectado por la baja ingesta de alimentos.
Carácter impulsivo o poco reflexivo: actividades de alto riesgo, estar inmerso en deportes de riesgo sin considerar las consecuencias fatales que podría tener. Aumento de consumo de sustancias también puede empeorar los pensamientos suicidas. Tener medios lesivos al alcance (por ejemplo armas, medicación).
Autolesiones e intentos previos de suicidio: Si os habéis enterado o habéis visto que vuestro/a hijo/a se autolesiona. Las autolesiones son comportamientos que emplean algunos/as adolescentes con el fin de poder dar salida a un malestar emocional que no saben cómo manejar. Los intentos previos de suicidio han de ser tenidos en cuenta porque son indicadores.
Haber verbalizado en relación al suicidio o ideas de muerte como por ejemplo “quiero desaparecer”, “no quiero continuar”, etc.…
Regalar objetos propios personales, deshacerse de pertenencias.
RECUERDASi detectas cualquiera de estas señales, no dudes en contactar con nosotros a través de cualquiera de nuestras líneas de ayuda (Teléfono ANAR de la Familia y los Centros Escolares 600 50 51 52/ Chat ANAR). También puedes ofrecer a tu hija/o que contacte con nosotros para pedir ayuda. En ese caso, puede hacerlo a través del Teléfono ANAR 900 20 20 10 o Chat ANAR . |