Ante los trágicos sucesos ocurridos, donde de nuevo dos menores de edad han tenido que ser testigos de cómo su padre mataba a su madre y otros familiares, desde Fundación ANAR recordamos que los/as niños/as son también víctimas directas de la Violencia de Género.
“La violencia de género que el padre ejerce hacia su madre, implica ser testigo de violencia física y psicológica muy graves para su desarrollo, creando a menudo traumas y secuelas difíciles de superar”, afirma Benjamín Ballesteros, director de Programas de la Fundación ANAR.
La Ley Orgánica 8/2015 ya contempla que “cualquier forma de violencia ejercida sobre un menor es injustificable. Entre ellas, es singularmente atroz la violencia que sufren quienes viven y crecen en un entorno familiar donde está presente la violencia de género(…) La exposición de los menores a esta forma de violencia (…) los convierte también en víctimas de la misma”. Un principio que ha sido recogido por nuestro Tribunal Supremo en diferentes sentencias.
Por esto, Fundación ANAR reclama que las medidas de protección que se contemplan para las madres se apliquen también a los hijos y las hijas y recuerda la imperiosa necesidad de la aprobación de la Ley de protección integral frente a la violencia contra la infancia:
“Recogiendo los argumentos de la propia ley y de las sentencias del Tribunal Supremo, desde Fundación ANAR consideramos ineludible y urgente la aprobación de la Ley Orgánica de Protección Integral de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia, y, que se incluya en la misma la protección de estos niños y niñas víctimas, en el sentido de que ante la denuncia por violencia de género de una mujer con hijos/as menores de edad a su cargo, cuando el Juez acuerde una orden de protección, las medidas que se adopten protejan, en todo caso, tanto a la madre como a sus hijos”, manifiesta Sonsoles Bartolomé, directora jurídica del Teléfono ANAR.
Además, ANAR reitera la necesidad de que todas las personas adultas que sean conocedoras de una situación de riesgo a menores de edad actúen.
Para ello, la Fundación insiste en la importancia de tener en cuenta el “Decálogo ANAR sobre cómo actuar si un menor de edad en situación de riesgo o desamparo”. Se trata de un conjunto de pautas que explican cómo se debe actuar cuando se sospecha o se tiene información de estas situaciones y qué recursos existen en estos casos.
Entre otras recomendaciones, se advierte de la obligación legal que existe de no inhibirse ante casos de este tipo: Todo adulto conocedor de una situación de riesgo a un menor de edad debe dar traslado a las autoridades competentes, además de prestar auxilio inmediato.