ANAR cuenta desde 1970 con Hogares de Acogida en España y desde 1992 en Latinoamérica. Ascensión Gutiérrez es trabajadora social y durante los últimos 30 años ha compartido las vidas y ayudado al desarrollo integral de muchos niños y niñas de los Hogares de la Fundación en Madrid.
Los Hogares de la Fundación ANAR son una gran familia con un interés común: el bienestar de los niños que están acogidos. El objetivo prioritario es acoger, cuidar y educar a los menores proporcionándoles las herramientas adecuadas y necesarias para satisfacer sus necesidades básicas de salud, afectivas, psicológicas y emocionales para que puedan alcanzar su autonomía e independencia en el futuro. Los niños viven en un entorno lo más parecido posible a una familia, se integran en su barrio, realizan actividades de ocio y tiempo libre, todo ello en un contexto educativo que les ofrece modelos sanos y estables de referencia. Cuidando por tanto sus necesidades emocionales.
En los Hogares se lleva a cabo una educación integral del niño, tanto a nivel personal como social, favoreciendo la coeducación, entendida como un intento de educar para la igualdad en el que se elimine cualquier tipo de discriminación por razón de sexo, (trato igualitario) religión, raza, ideología y cualquier otra circunstancia. El respeto, compañerismo y solidaridad son los pilares fundamentales en lo que basamos la convivencia en nuestros Hogares.
El educador tiene que ser una figura de referencia para el menor, capaz de transmitir al niño seguridad, confianza y afecto.
En los Hogares ofrecemos apoyo escolar y técnicas de estudio, así como habilidades sociales. También realizan actividades socioculturales y cuentan con programas de salud y educación afectivo-sexual y de prevención del consumo de drogas y de la violencia de género. Algunos de los menores asisten a clases en el centro de reeducación y aprendizaje CEAR y se les apoya en materia de reinserción laboral a través de JUNCO, entidad que trabaja específicamente con nuestros adolescentes en la búsqueda de empleo.
Es una atención individualizada y adecuada a cada niño dependiendo de sus necesidades concretas. El Hogar será siempre un referente familiar incluso cuando los jóvenes adquieran su mayoría de edad y abandonen el mismo porque la Fundación sigue manteniendo contacto con ellos y será un apoyo siempre que ellos lo demanden y necesiten.
Por qué es importante siempre que sea posible favorecer el contacto del niño con su familia de origen?
Porque el objetivo prioritario es que el niño pueda volver con su familia en un periodo de tiempo a corto o medio plazo dependiendo de cada situación familiar. El niño es el que va actuar como agente de cambio en su propia familia con el apoyo y trabajo de la Fundación.
La Fundación ANAR en 1970 fue pionera en el trabajo con las familias de origen. Partió de la necesidad de conocer la problemática familiar de los menores que teníamos acogidos. El conocimiento de su realidad familiar permitiría realizar un trabajo integrador y eficaz no solo con los menores, sino también con sus familias.
Nuestra metodología consiste en entrevistas y reuniones, visitas domiciliaras, acompañamiento y asesoramiento en la búsqueda de recursos necesarios para intentar introducir cambios sustanciales y necesarios para modificar su situación que fue la causa o motivo que provocó en su día la medida de protección. Para llevar a cabo este proyecto se necesita que el equipo multiprofesional de ANAR trabaje conjuntamente con el resto de instituciones que están involucradas en el caso.
Cuando la familia recupere su estabilidad económica, social, afectiva y emocional y pueda atender las necesidades de sus hijos adecuadamente. Una vez que el menor se incorpora a su núcleo familiar bien por mayoría de edad o por considerar que se han conseguido los objetivos propuestos para su correcto desarrollo en su familia. A partir de este momento iniciamos el seguimiento mencionado anteriormente.
En 1986 la Fundación me dio la oportunidad de poder desarrollar un trabajo vocacional. En ese momento fue pionero porqué nos dimos cuenta de que para poder ayudar a los niños en sus necesidades afectivas era importante profundizar en su realidad familiar. Esta realidad era desconocida incluso por muchas instituciones que trabajaban con la infancia. La Fundacion ANAR trabaja como una gran familia en la que además de su profesionalidad y experiencia existe una entrega incondicional en el que el tiempo de trabajo se establece en función de las necesidades de los menores y de sus familias.
Destacaría de mi experiencia que todo el interés y el empeño de las personas que formamos el equipo deriva en una mayor implicación personal, que se centra no solo en atender las necesidades básicas y educativas de los menores de edad, sino también en sus necesidades personales y afectivas.
Las trabajadoras sociales de los Hogares realizamos un trabajo de campo activo en la búsqueda de los recursos sociales que necesita tanto el menor como sus familias y nuestra labor no cesa hasta que logramos cubrir estas necesidades. Cuando estos menores de edad carecen de una familia con la que se pueda trabajar, los Hogares de ANAR garantizan el desarrollo integral más adecuado para acceder en su futuro a formar parte activa de la sociedad.