Fundación ANAR ha manifestado su satisfacción por la aprobación de la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LOPIVI), una norma que ANAR propuso por primera vez en 2008 a raíz de las situaciones de las que se tenía conocimiento directo a través de las líneas de ayuda ANAR. Lamentablemente este fenómeno ha continuado aumentando de forma alarmante hasta alcanzar un crecimiento del 298,8%, según los datos de ANAR, en el Estudio sobre la Evolución de la Violencia[1].
En este Estudio, se analizaron 25.312 casos de violencia a menores de edad y detectamos que en 1 de cada 3 casos se producen lesiones físicas, golpes, bofetadas, el 6,7% de los casos presentaron traumatismos, huesos rotos y contusiones fuertes. La edad media de las víctimas es de 11,5 años y la edad media de inicio de la violencia es a los 9,6 años; además, tardan una media de dos años en atreverse a contarlo.
Frente a esta violencia que no para de crecer, la LOPIVI, una norma única en el mundo, apuesta por la prevención de la violencia y su detección precoz, de modo que se minimice el daño, enfatizando el papel que desempeñan, para esta labor, las líneas de ayuda telefónica a la infancia como son las Líneas de Ayuda ANAR a niños, niñas y adolescentes.
Fundación ANAR fue pionera en usar este recurso para ampliar su capacidad de ayudar a menores de edad que sufrían maltrato infantil, abandono o cualquier otro tipo de violencia o problema, abriendo en 1994 en España el primer teléfono de estas características y el tercero del mundo: el Teléfono ANAR de ayuda a niños/as y adolescentes en riesgo.
Desde entonces, ANAR ha ido ampliando sus líneas gratuitas de ayuda a la infancia y adolescencias y en la actualidad gestiona, además de esta, el Teléfono ANAR de la Familia y los Centros Escolares, el Teléfono ANAR contra la violencia de género, el Teléfono ANAR contra el acoso escolar y el Teléfono ANAR para casos de niños/as desaparecidos. Además, ANAR cuenta con otro canal pionero: el CHAT ANAR, un canal por el que los menores se pueden comunicar con los profesionales de ANAR mediante mensajes de texto.
Todas las líneas de ayuda de ANAR están atendidas por profesionales especializados (orientadores psicólogos, abogados y trabajadores sociales), son gratuitas, confidenciales y funcionan las 24 h todos los días del año.
Novedades importantes de la ley
La ley, además, incorpora importantes novedades: “entre otras, da más tiempo a la víctima para denunciar, puesto que el plazo para ello empezará a contar desde que ésta tenga 35 años en casos de delitos graves (entre otros, los de abusos sexuales a niños/as y adolescentes); las personas menores de 14 años víctimas de estos delitos solo tendrán que declarar una vez quedando grabado su testimonio (prueba preconstituida); habrá un coordinador de bienestar en los centros escolares como figura de referencia ante cualquier caso de violencia y figura análoga para actividades deportivas; el niño/a y adolescente dispondrá de un abogado gratuito desde el mismo momento de presentar la denuncia (que además podrá presentar por sí mismo); y, finalmente, prevé la creación, en el plazo de un año, de juzgados especializados en violencia a la infancia”, detalla Sonsoles Bartolomé, directora del departamento jurídico del Teléfono/Chat ANAR.
De especial transcendencia, es la consideración como Violencia de Género la que se ejerce sus hijos/as menores de edad por parte del padre con el objetivo de causar daños a las mujeres.
Un antes y un después en la protección de la infancia y adolescencia
Se trata de una norma ambiciosa que “representa “un antes y un después” en la protección a niños, niñas y adolescentes frente a todo tipo de violencia”, destaca Benjamín Ballesteros, director de programas de FUNDACIÓN ANAR.
“Es una ley que establece medidas para prevenir y detectar la violencia, así como para procurar la debida asistencia a los menores de edad víctimas de ella, protegiendo sus derechos, y que obliga a las Administraciones Públicas a consensuar protocolos de actuación para cuando se detecte una situación de violencia, a coordinarse entre ellas, y a que se coordinen también todos los sectores implicados en la detección de esa violencia, como son Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los servicios sociales, los centros escolares, los centros hospitalarios y las Líneas de Ayuda, como las de la Fundación ANAR, que representan un papel crucial en la detección, de esa violencia y en la notificación de los casos y la derivación de los mismos a los organismos competentes para que puedan proteger a ese niño o niña que la está padeciendo”, explica Leticia Mata, miembro del Patronato de Fundación ANAR.
Además, “es una ley que prevé que se apruebe una estrategia para erradicar la violencia, donde se recogerán ejes y medidas de actuación para combatirla, y es una ley que (por fin) recoge una dotación presupuestaria, fundamental para que realmente pueda llegar a ser efectiva y no se quede en simplemente un papel de buenas intenciones pero que, sin medidas efectivas, porque no hay dinero para poner en marcha recursos”, concluye.