Tras las vacaciones, muchos niños/as y adolescentes han vuelto al acoso escolar cotidiano que sufren en sus centros educativos. Según los datos del III Estudio sobre el acoso escolar y ciberbullying según los afectados (publicado el pasado mes de octubre) de Fundación ANAR y Fundación Mutua Madrileña, el acoso escolar sigue siendo un problema que afecta a miles de niños/as y adolescentes cada año en España.
Alrededor del 90% de los menores de edad que sufren acoso escolar tiene problemas psicológicos (ansiedad, depresión y miedo permanente); más de la tercera parte de los que lo sufren no se lo cuenta a sus padres y el resto tarda entre 13 y 15 meses de media en pedir ayuda; y un 13% de las víctimas tiene que cambiar de centro educativo.
El ciberbullying supone el 24,7% de los casos totales de acoso escolar, siendo los insultos y las amenazas su forma más común.
El último estudio revela, además que, según los casos atendidos por el Teléfono ANAR, las víctimas sufren en la actualidad un mayor número de hechos violentos y más severos que hace unos años.
Para atajar este tipo de situaciones, Fundación ANAR ha elaborado un decálogo de recomendaciones que ponen el acento en la prevención y en la necesidad de formar al profesorado principalmente.
1. Es necesario detectar el bullying desde sus primeras etapas, ya que, en sus inicios, pasa muchas veces inadvertido y por esta razón se perpetúa y multiplica su intensidad y frecuencia.
2. La prevención es el elemento clave, y a la luz de nuestros datos debería centrarse especialmente en las víctimas más jóvenes, en edades más tempranas que están en vías de su desarrollo emocional. Son éstas las que tienen menos recursos personales para afrontar el problema y están expuestas desde una mayor vulnerabilidad, con un mayor riesgo de sufrir aislamiento, ya que se enfrentan a sus primeras experiencias de socialización.
3. Protocolo de carácter estatal contra la violencia escolar. Su fin sería minimizar los daños cuando el acoso escolar es ya una realidad y pretendería como objetivo saber cómo actuar y hacerlo de forma inmediata. Es conveniente, reforzar y empoderar el papel de los profesores en la solución del acoso escolar, dotando de medios y protocolos de actuación, que redundaría en una mayor satisfacción de los padres.
4. Potenciar la figura del orientador escolar. Seguir la recomendación de la UNESCO de que haya como mínimo un orientador por cada 250 alumnos, lo que facilitaría realizar una labor preventiva en temas de violencia escolar. Al mismo tiempo, el control y vigilancia se hace ineludible con el objeto de limitar el número de lugares donde suceden las escenas de violencia.
En general, reforzar el control y el seguimiento del bullying es ahora incluso más importante que antes, ya que nos encontramos con casos más normalizados, cronificados y, en consecuencia, más difíciles de solucionar.
5. Sensibilización y toma de conciencia, promoviendo escuelas de padres y madres. Puesto que cerca del 11% de los casos de bullying no son conocidos por los padres y madres, es necesario promover formas para detectar más los casos de violencia, más pronto y las víctimas puedan encontrar apoyo más tempranamente y solución a su sufrimiento.
6. Promover actitudes como el respeto a los demás y valores humanos que fortalezcan el trato solidario y de colectividad, tolerancia e igualdad, dado que parece detectarse que los agresores son ahora más confiados y seguros de su rol.
7. Los profesionales de los centros escolares han de estar dotados de formación especializada ante esta materia. Destacamos la importancia de fomentar la responsabilidad social colectiva desde el centro escolar ya que lo que pasa entre la víctima y el acosador, se construye en el propio grupo y es el grupo el que tiene las claves para modificar la situación.
8. Evaluación para todas las víctimas de acoso escolar de manera sistemática: Observamos la necesaria valoración de los casos de víctimas de este tipo de violencia, independientemente de que se valore un tratamiento individualizado.
9. Reforzar y activar las actitudes de rechazo del acoso, y de apoyo al acosador, por parte del grupo de compañeros de la clase. Las encuestas realizadas a alumnos y profesores que participaron en los programas de prevención del bullying, realizados por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, indicaron que el 80% de los alumnos cree que la movilización de los compañeros es una de las medidas más eficaces para frenar el acoso.
10. La superación del acoso escolar pasa por el apoyo a las víctimas desde 3 frentes: familiar, escolar y profesional, contemplando el refuerzo en la autoestima, las habilidades de resolución de conflictos y potenciando el desarrollo de los propios recursos que ya posee.
Tanto los menores de edad que sufran acoso escolar o sean testigos de estas situaciones, o los adultos con indicios de que se pueden estar produciendo este tipo de situaciones pueden dirigirse al Teléfono ANAR, 900 20 20 10, o al Chat ANAR (accesible a través de la página web de la Fundación), donde serán atendidos por orientadores psicólogos especializados, apoyados por un equipo de abogados y trabajadores sociales.
Además, Fundación ANAR gestiona, desde octubre del año pasado, el Teléfono contra el Acoso Escolar del Ministerio de Educación y Formación Profesional, 900 018 018.
Para familias preocupadas por este problema, profesores y centros educativos, médicos, o cualquier profesional de la infancia que necesiten orientación sobre cómo actuar en casos de acoso escolar, Fundación ANAR cuenta con el Teléfono ANAR de la Familia y los Centros Escolares, 600 50 51 52 en el que ofrece orientación gratuita de sus psicólogos, abogados y trabajadores sociales
Ir al cole es una pesadilla para muchos niños y niñas víctimas de acoso escolar. Firma ahora nuestra petición para pedir una Ley Integral contra la Violencia a la Infancia y la Adolescencia que proteja a todos los menores de edad.
Los profesionales del Teléfono ANAR han elaborado una serie de consejos y recomendaciones adaptadas a diferentes perfiles.
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